Establecer la atención

Daniel Odier

CONTEMPLACIÓN DEL CUERPO:
1. Atención a la respiración, concentrándose en la inspiración y la espiraración, empezando por la sensación del aire que entra y que sale por las fosas nasales y la conciencia clara: inspiro, espiro.
2. Posturas corporales, cambios de posición, sensaciones experimentadas durante el movimiento.
3. Atención y comprensión clara del contacto del cuerpo con la ropa, los materiales, el espacio, la palabra y el silencio.
4. Conciencia del universo interior del cuerpo, órganos, fluidos, músculos, huesos. Conciencia del cuerpo como idéntico al espacio y su maravillosa naturaleza. Los colores, las texturas, el estremecimiento del cuerpo.
5. Conciencia de los elementos del cuerpo: tierra, agua, aire, cielo, fuego.
6. Conciencia del cuerpo como espacio. Las estrellas, la Vía Láctea, el movimiento interior infinito.

CONTEMPLACIÓN DE LAS SENSACIONES:
Conciencia de las sensaciones agradables, neutras y desagradables sin aportar un juicio. Sensaciones corporales y sensaciones espirituales. Sensación del contacto de la piel con el entorno, sensación interior. Aparición y desaparición de las sensaciones.

CONTEMPLACIÓN DE LA MENTE:
Ser consciente de las emociones, la ilusión, el deseo, el odio, la distracción, la tensión, la cerrazón, la concentración, la rigidez, la indolencia, la vacilación, las respuestas lentas, la inestabilidad, el deseo de cambio, la tensión interior, la tristeza, la melancolía, etc., así como de su ausencia. Ser consciente también de su ausencia.

CONTEMPLACIÓN DE OBJETOS MENTALES:
Ser consciente de la duda, el remordimiento, la proyección, la esperanza, el torpor, la languidez, o de su ausencia. Ser consciente de la aparición y desaparición de los objetos mentales. De la alegría del estado primordial cuando todo está en silencio.

LOS OBSTÁCULOS:
Las creencias, el escepticismo, la purificación mediante ritos y prácticas, el deseo de una existencia superior, la creencia en otra vida, la vanidad, la inquietud, la ignorancia, el miedo a la vida y a la muerte.

Traducción de Marta Barreda

 

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